Dom Guido II, noveno prior de la Gran Cartuja hacia 1115-1190, escribió: La contemplación es un elevarse, por el que la mente se sumerge en Dios y gusta la dulzura del gozo eterno. Tal pensamiento puede igualmente aplicarse a la gozosa contemplación de la Madre de Dios, bajo la advocación de Santa María de la Defensión, venerada patrona de la Cartuja jerezana, por su milagrosa intervención en la batalla del Sotillo en 1368.
Según testimonios antiguos, en dicho lugar y año, los caballeros de Jerez libraban una batalla con los moros que, escondidos en un olivar cerca del río y amparados por la oscuridad de la noche, se preparaban para caer sobre los cristianos. De pronto una potente luz iluminó el cielo permitiendo a los cristianos darse cuenta de la emboscada y derrotar a los moros…. “no faltó de los nuestros quien con mayor advertencia mirase dónde se descubría la luz y viese la imagen de la Santísima Virgen”. De ahí que se levantara en dicho lugar una ermita, y mas tarde la Cartuja dedicada a Santa María de la Defensión.