«Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del Hombre» (Mt 24,30). La cruz es el símbolo del cristiano, que nos enseña cuál es nuestra auténtica vocación como seres humanos.
El 21 de noviembre de 2012 la hermandad de la Defensión incorporó como titular a la Santa Cruz por Decreto del obispo, José Mazuelos. Con tal motivo, la reliquia del Lignum Crucis (madera de la verdadera Cruz de Cristo) sale en la cruz de guía de la cofradía en un relicario de plata de ley hecho a tal efecto por el orfebre sevillano Jesús Domínguez.
La partícula del Lignum Crucis que posee la hermandad procede de la Cartuja brasileña de nuestra Señora de Medianeira. Ha sido un hermano de la cofradía, el P. Luis María de León, prior de la citada Cartuja, quien ha donado la reliquia. Desde su llegada, la misma ha estado custodiada en la iglesia del Monasterio de la Cartuja de nuestra Señora de la Defensión por sus actuales moradoras, las hermanas de Belén. Cabe recordar que el P. Luis María de León perteneció a la última comunidad de cartujos que habitó en el cenobio jerezano. Cada Martes Santo, él y otros cuatro monjes también hermanos, se ponen sobre el pecho la medalla de la hermandad.
El Lignum Crucis pertenece al grupo de las reliquias mayores, que son las que proceden de la pasión de Jesucristo, frente a las menores, que son de los santos. Como símbolo de adoración y sumisión a Dios, se realiza el acto de genuflexión ante las reliquias de la Cruz en la liturgia del Viernes Santo así como en las ocasiones que estén expuestas para su veneración, como es el caso de la procesión.
Por este motivo y con el objetivo de recordar y enseñar a los fieles cómo han de proceder al paso del Lignum Crucis, se escribe este artículo. Igualmente y como complemento a este escrito, dos voluntarios irán repartiendo al paso de la cruz de guía ilustraciones en las que se explica la dignidad de la reliquia y la genuflexión que se le debe.
Desde estas líneas quiero invitar a todos los que en el día de hoy vean a la cofradía de la Defensión a que se arrodillen al paso de la cruz de guía, al portar esta el Lignum Crucis. Que no tengamos miedo al ridículo o a la incomprensión. Defendamos y respetemos aquellas cuestiones que forman parte de nuestras creencias. Con este gesto estaremos cumplimentando a un trocito de la verdadera cruz en la que murió nuestro Señor Jesucristo.
Para algunos, el Lignum Crucis no tendrá importancia alguna. Pero estoy convencido que para una gran parte de los creyentes de nuestra ciudad sí la tiene y también sé que actuarán en consecuencia. Los hermanos de la Defensión somos conscientes del tesoro espiritual que supone tener el Lignum Crucis y seremos los primeros en intentar dar ejemplo.
STAT CRUX DUM VOLVITUR ORBIS
La Cruz permanece mientras el mundo gira
Antonio García-Figueras Romero
Hermano Mayor de la Defensión